Informe concluye que la propuesta de la CE de nacionalizar el uso de OMGs pondría en riesgo a la industria ganadera europea

COCERAL, FEDIOL y FEFAC, en representación de los sectores europeos del comercio y productos básicos, semillas oleaginosas y fabricación de piensos compuestos, han lanzado en el día de hoy un estudio que analiza el impacto económico de la propuesta de la Unión Europea de nacionalizar las decisiones sobre el uso de organismos modificados genéticamente (OMGs).

El estudio titulado ‘Economic impact assessment on the European GM authorisation “opt-out” proposal’ evalúa las posibles implicaciones para el sector alimentario y ganadero en los Estados miembros que potencialmente excluirán de forma voluntaria las autorizaciones de OMGs en su territorio: Francia, Alemania, Hungría y Polonia.

El informe se ha realizado revisando la literatura existente junto con la opinión de expertos de las tres organizaciones representativas de los sectores europeos. La evaluación del impacto económico concluye que la sustitución de la soja biotecnológica por convencional aumentaría los costes de alimentación alrededor del 10% para el sector ganadero, un porcentaje que se traduce en 1.200 millones de euros para los países mencionados anteriormente. Si la prohibición fuera global en todos los países europeos el coste ascendería a 2.800 millones de euros para el sector ganadero.

Los datos resaltan que por razones agrícolas y nutricionales en alimentación no toda la soja MG puede ser sustituida por fuentes alternativas proteicas. Por tanto, la sustitución de la soja MG en alimentación debería ser sustituida por soja convencional, una sustitución que tendría un extra de coste que pasaría de los 44 euros la tonelada a los 176 euros la tonelada, incrementando entre un 15% y un 50% el valor del producto final.

Según refleja el documento, cerrar las fronteras de países europeos a la soja modificada genéticamente tendría graves consecuencias en la competitividad de la industria ganadera, tanto en sus mercados internos como en la exportación. La demanda de productos de origen animal no alimentados con OMGs impediría que el mercado se adaptara en caso de reducción de oferta. Esto, sumado a los costes adicionales del suministro, conduciría al inevitable cierra de las explotaciones ganaderas en dichos países.

A largo plazo, esta pérdida de competitividad tendría repercusiones negativas en la cadena de suministro, afectando desde el propio productor a los fabricantes, poniendo en grave riesgo puestos de trabajo de zonas rurales.